Año 1994. Peñarol (MDQ), ya era casi campeón de la LNB. La Revista El Gráfico nos envía a mi y al periodista  Guillermo Gorroño para realizar una nota sobre dicho equipo e intentar hacer fotos del plantel. 

Para ello busco un lugar diferente, salir de lo común (en el estadio). Elegimos Cabo Corrientes. Había que arreglar un poco el lugar, escoba de por medio, hablo con Néstor «El Che» García, entrenador en jefe del equipo y muy amablemente accede a la foto. 

Lo trasladamos al lugar de la foto, junto a los jugadores y al llegar les comento a los protagonistas como seria la formación para la foto. Todo hasta ahí sin inconvenientes. El único problema era que el día era terriblemente frío, gélido, muy nublado, pero era la única oportunidad de lograr la foto con la anuencia de jugadores y del coach, ya que por la noche tenían el juego de ese día y que podía definir el titulo.

El situación se puso un poquito tensa, cuando a los jugadores se les comunicó que debían posar con la ropa de juego. A partir de ese momento las miradas de «odio» de parte de ellos hacia mi, fueron notorias. Yo con mi mejor cara de poker, les comentaba, «vamos muchachos, que seré lo más rápido posible». 

Sinceramente temí por mi integridad física al percatarme de las miradas fijas de pocos amigos de los extranjeros, Sam Ivy y Wallace Bryant. Eran miradas de temer. Las frases de algunos de los muchachos y en especial de Marcelo Richotti me decía que quizás no fue una buena idea la elección del lugar. Y el agravante de ello era que yo (el periodista Guillermo Gorroño se había quedado en el el auto, no necesitaba estar presente en la sesión de fotos) estaba bien abrigado, con gamulan y gorro de lana, guantes y todo lo que podía ponerme encima por el frio tremendo que hacía esa tarde. 

Como les prometí a los jugadores, hice las fotos lo más rápido posible, aunque para ellos, y luego de varios años, me confesaron, fue una eternidad. Ni bien hice las fotos, se los agradecí muy «calurosamente» y no terminé de agradecerles, que casi literalmente, me pasaron por arriba corriendo al hotel que estaba justo enfrente. 

Al regresar yo al auto, Guillermo Gorroño, me dice, que no le cerraba la foto, porque no era el estilo de la revista que, apareciera o posara para la foto un jugador con pantalones largos, diferente a todo el resto (Bernardini, por estar con la pierna enyesada no se puso el pantalón corto, como se puede apreciar en la foto) y que seguramente no se publicaría. Mi respuesta no fue muy diplomática que digamos, con solo pensar que casi me asesinan los jugadores por el terrible frío que les hice pasar, me lo quería comer crudo a Gorroño. Las miradas de Yvy Bryant era de dos Carmelitas descalzas al lado de la mía hacia el periodista. 

La foto por suerte fue publicada, y esa noche, Peñarol, ganó y se consagró campeón de la LNB, de la temporada 1993/1994, lo que hizo, seguramente, olvidar a los jugadores el terrible frio que les hice pasar esa tarde. 

PH y Texto: Marcelo Figueras